Las placas solares son una de las mejores inversiones para ahorrar en la factura de la luz y apostar por una energía más limpia y sostenible. Pero, como cualquier sistema, necesitan ciertos cuidados para garantizar su rendimiento a lo largo de los años.
La buena noticia es que el mantenimiento de los paneles solares es sencillo y económico, siempre que se realice de forma periódica y adecuada.
Tipos de mantenimiento en placas solares
Podemos distinguir dos grandes tipos de mantenimiento:
Limpieza de las placas
El polvo, hojas, excrementos de aves o incluso la contaminación pueden reducir la eficiencia de los paneles, ya que crean una capa que impide el paso de la luz.
- Frecuencia recomendada: 1 o 2 veces al año (más en zonas con polvo, polen o lluvias de barro).
- Cómo hacerlo: con agua y una esponja suave o paño de microfibra. Evita productos abrasivos o limpiadores químicos que puedan dañar la superficie.
Revisión técnica
Además de la limpieza, es fundamental que un profesional revise el sistema eléctrico y los componentes.
- Qué se revisa: conexiones eléctricas, inversor, estado de los cables, estructura de soporte y rendimiento de cada panel.
- Frecuencia recomendada: al menos una vez al año.
Señales de que tus placas necesitan revisión
- Disminución en la producción de energía sin motivo aparente.
- Fallos o apagados en el inversor.
- Suciedad visible acumulada en la superficie.
- Ruidos extraños en la estructura con viento fuerte.
Beneficios de un buen mantenimiento
- Asegura el máximo rendimiento de tu instalación.
- Prolonga la vida útil de los paneles (que puede superar los 25 años).
- Reduce el riesgo de averías costosas.
- Te garantiza un ahorro constante en la factura de la luz.
El mantenimiento de placas solares es sencillo pero esencial: limpieza regular y revisión técnica anual. Con estos cuidados, tu instalación funcionará siempre al 100%, asegurando que aproveches cada rayo de sol.